La teoría
de Karen Horney es quizás la mejor de las teorías sobre las neurosis que
tenemos. En primer lugar, ofreció una perspectiva bastante distinta de entender
la neurosis, considerándola como algo bastante más contínuo en la vida normal
que los teóricos previos. Concretamente, entendía la neurosis como un intento
de hacer la vida más llevadera, como una forma de "control
interpersonal y adaptación". Esto sería, por supuesto, aquello a lo
que estamos dirigidos en nuestra vida cotidiana, solo que parece que la mayoría
de nosotros lo hacemos bien y los neuróticos parece que se hunden más
rápidamente.
En su
experiencia clínica, distinguió 10 patrones particulares de necesidades
neuróticas, los cuales están basados sobre aquellas cosas que todos
necesitamos, pero que se han vuelto distorsionadas de diversas formas por las
dificultades de las vidas de algunas personas.
Incialmente,
tomemos la primera necesidad como ejemplo; la necesidad de afecto y aprobación.
Todos necesitamos afecto, entonces ¿qué es lo que hace neurótica a esta
necesidad?. Primero, la necesidad es irreal, irracional, indiscriminada. Por
ejemplo, todos necesitamos afecto, pero no lo esperamos de todo aquel que
conocemos. No esperamos grandes dosis de afecto de parte de incluso nuestros
mejores amigos y relaciones. No esperamos que nuestras parejas nos den afecto
todo el tiempo, en todas las circunstancias. No esperamos grandes muestras de
amor mientras que nuestras parejas están rellenando los formularios de pagos a
Hacienda, por ejemplo. Y, somos conscientes de que habrá muchas veces en
nuestra vida donde tendremos que ser autosuficientes.
Segundo,
la necesidad neurótica es bastante más intensa y provocará un gran monto de
ansiedad si no se satisface su demanda o incluso si se percibe que no será
satisfecha en un futuro. Es esto, por tanto, lo que le lleva a tener esa
naturaleza irreal. El afecto, para continuar con el mismo ejemplo, debe
expresarse claramente en todo momento, en todas las circunstancias, por todas
las personas, o el pánico se instaurará. El neurótico ha hecho de la necesidad
lo central de su existencia.
Las
necesidades neuróticas son las siguientes.
Necesidad
neurótica de afecto y aprobación. Necesidad indiscriminada de complacer a los
demás y ser querido por ellos.
Necesidad
neurótica de pareja; de
alguien que lleve las riendas de nuestra vida. Esta necesidad incluye la idea
de que el amor resolverá todos nuestros problemas. Una vez más, a todos nos
gustaría tener un compañero con quien compartir nuestra vida, pero el neurótico
va uno o dos pasos más allá
.
El
neurótico necesita restringir la vida de uno a límites muy estrechos, a no ser
demandantes, a satisfacernos con muy poco. Incluso esta postura tiene su
contrapartida normal. ¿Quién no ha sentido la necesidad de simplificar la vida
cuando se vuelve muy estresante; de unirse a una orden monacal; a desaparecer
de la rutina; o de volver al útero materno?.
Necesidad
neurótica de poder, de
control sobre los demás, de omnipotencia. Todos buscamos el poder, pero el
neurótico se desespera por lograrlo. Es un dominio de su propia gesta,
usualmente acompañado de un rechazo por la debilidad y una fuerte creencia en
los propios poderes racionales.
Necesidad
neurótica de explotar a
los demás y sacar lo mejor de éstos. En la persona común podríamos entender
esto como la necesidad de tener un efecto, de provocar impacto, de ser
escuchado. En el neurótico, se convierte en una manipulación y la creencia de
que los demás están ahí para ser utilizados. Puede comprender también una idea
de miedo a ser manipulado por los demás, de parecer estúpido. Ustedes se habrán
percatado de esas personas que les encanta las bromas pesadas, pero no las
soportan cuando ellas son el blanco de tales bromas, ¿no?.
Necesidad
neurótica de reconocimiento o prestigio social. Somos criaturas sociales,
así como sexuales, y nos gusta ser apreciados por los demás. Pero estas
personas están sobrepreocupadas por las apariencias y la popularidad. Temen ser
ignoradas, simples, poco "guay" y "fuera de lugar".
Necesidad
de admiración personal. Todos necesitamos ser admirados por nuestras cualidades tanto
internas como externas. Necesitamos sentirnos importantes y valorados. Pero
algunas personas están más desesperadas y necesitan recordarnos su importancia
("nadie reconoce los genios"; "Soy el verdadero artífice detrás
de las escenas, ¿sabes?", y así sucesivamente. Su miedo se centra en no
ser nadie, falto de importancia y sin sentido en sus acciones.
Necesidad
neurótica de logro personal. Una vez más diremos que no hay nada malo en
aspirar a logros, ni mucho menos. Pero algunas personas están obsesionadas con
ello. Deben ser los número uno en todo y dado que esto es, desde luego, una
tarea muy difícil, vemos a estas personas constantemente devaluando aquello en
lo que no pueden ser los primeros. Si, por ejemplo, son buenos corredores, el
lanzamiento de disco y las pesas son "deportes secundarios". Si su
fuerte es lo académico, las habilidades físicas no son de importancia, y demás.
Necesidad
neurótica de autosuficiencia e independencia. Todos nosotros debemos cultivar cierta
autonomía, pero algunas gentes sienten que no deberían necesitar de nadie
nunca. Tienden a rechazar la ayuda y muchas veces son reticentes a
comprometerse en una relación afectiva.
Necesidad
de perfección e inexpugnabilidad. Muchas veces para ser cada vez mejores en
nuestra vida, tenemos un impulso que puede de hecho ser de consideración
neurótica, pero algunas personas pretenden constantemente ser perfectas y temen
fallar. No resisten que se les "coja" en un error y necesitan, por
tanto, controlar todo el tiempo.
A medida
que Horney fue revisando sus conceptos, empezó a darse cuenta que sus tipos de
necesidades neuróticas podían agruparse en tres amplias estrategias de
adaptación:
Complianza (cumplimiento), que incluye
las necesidades 1, 2 y 3.
Agresión, incluyendo las necesidades
desde la 4 hasta la 8.
Alejamiento, incluyendo las necesidades 9,
10 y 3. Esta última fue añadida porque es crucial para lograr la ilusión de
independencia y perfección total.
En sus
escritos, la autora usó otras frases para referirse a estas tres estrategias.
Además de la complianza, se refirió a ésta como la estrategia de moverse hacia
y la llamada auto-retirada. Sólo tenemos que detenernos un poco para ver que
estas frases son muy similares en contenido al acercamiento de aprendizaje o de
la personalidad flemática de Adler.
El
segundo punto (la agresión) también fue llamado como moverse en contra de o
como la solución expansiva. Correspondería a lo mismo que describió Adler con
su tipo dominante o la llamada personalidad colérica.
Y
finalmente, además de alejamiento, la tercera necesidad fue llamada también
como alejarse de o la solución de resignación. Es muy parecido al tipo
evitativo de Adler o la personalidad melancólica.
El
neurótico tiene una visión diferente de las cosas. El self neurótico está
"escindido" en un self ideal y un self
despreciado. Otros teóricos hablan de un self "especular", aquel
que piensas que los demás ven. Si miramos a nuestro alrededor (de forma precisa
o no) creyendo que los demás te están despreciando, entonces internalizaremos
esta sensación como si fuese verdaderamente nuestra percepción de nosotros
mismos. Por otro lado, si estamos fallando de alguna manera, esto implicaría
que existen ciertos ideales ante los que nos estamos sometiendo. Estamos
creando un self ideal fuera de nuestras "posibilidades". Tenemos que
entender que el self ideal no es una meta positiva; todo lo contrario, es
irreal y finalmente imposible de alcanzar. Por tanto, el neurótico se balancea
entre odiarse a sí mismos y pretender ser perfectos.